sábado, 13 de diciembre de 2008

Luis Moro en el Museo del Vidrio




Para este fin de semana tan intempestivo nada mejor que programar actividades "de interior", a poder ser en lugares donde además de estar calentitos podamos respirar hondo, mirar alrededor y disfrutar de la belleza.

Os proponemos un plan redondo y tranquilo en La Granja de San Ildefonso, de la que sólo nos acordamos en otoño, cuando los jardines del Palacio están impresionantes, o en primavera, cuando el sol hace acto de presencia y entra el gusanillo del café en las terracitas de la Plaza de España.

El plan en cuestión se compone de una visita al Museo del Vidrio, donde podemos ver una exposición de acuarelas y esculturas de Luis Moro que rinden homenaje a la paz y al intercambio de culturas. Según comentó el artista, «es una muestra de Francia en España con su palacio, sus jardines y sus fuentes versallescas. Y Castres, con su Museo de Goya, es un trozo de España en Francia».

Lo ideal después de algo así es ir al Haiku, un bar restaurante con una decoración y un concepto muy actuales: grandes sofás, música agradable, revistas interesantes y proyecciones de películas, conciertos, etc. sobre una pared blanca. Si te sientas en uno de los sofás a tomarte el café de la tarde en buena compañía es fácil que acabes cenando, tomándote una copa y, por descontado, haciendo amistad con los camareros.


Luis Moro: Reflejos. Un sueño francés en la Granja. Un sueño español en Castres.
Museo Tecnológico del Vidrio.
27 junio 2008 - 11 enero 2009.
Martes a sábado: 10:00 h. - 18:00 h.

Domingos y festivos: 10:00 h. - 15:00 h.

Haiku Restaurante
C/ Reina, 17
40100 San Ildefonso
Tf . 921 47 02 41


+INFO
Web Luis Moro · Web Museo del Vidrio · La exposición


Por útlimo, una muestra de música francesa para ambientarnos:



Música recomendada por nuestra redactora Alicia Andrés, que estrenará sección en enero en la revista en papel.


2 comentarios:

Pilar dijo...

Una maravilla de flor y de canción.Gracias por la elegancia y el buen gusto de quién lo eligió para la entrada.
Y a Luis Moro, por supuesto, por tener esas manos.

Pilar dijo...

Pues a mí, modestamente, me parece más un colibrí que vuelve a su árbol después de un largo viaje...